La traducción de películas existe desde tiempos inmemoriales y aunque pudiese parecer tarea sencilla, lo cierto es que no consiste en un proceso lineal y directo como podría tal vez serlo la traducción de documentos.
Cuando traducimos diálogos o interacciones entre personas, no es suficiente con hacer una traducción literal de las palabras que oímos; necesitamos entender el contexto, la cultura y la intención original del guión para no alterar el significado; y por eso el proceso representa un gran desafío.